Friday, December 24, 2010

Pantalones

Algunas reflexiones de fin de año en relación al estudio del crimen transnacional en México, específicamente sobre la guerra contra el narcotráfico.

1. Para pensar en términos transnacionales hay que entender la noción de “estar aquí y allá al mismo tiempo”, que es la noción básica del transnacionalismo.

2. No obstante la noción de “estar aquí y allá al mismo tiempo” se usa ampliamente en los estudios sobre migración, la transposición de dicha noción al estudio de crimen organizado, cuyas acciones van más allá de las fronteras nacionales, es ampliamente aceptada por los estudiosos del tema.

3. El tráfico de drogas es un problema de origen transnacional. Se está aquí y allá al mismo tiempo: la línea de coca que un norteamericano aspira en una de sus parties está directamente relacionada con la brutal violencia de los capos mexicanos y todo el proceso de producción de la droga en Colombia, por poner un ejemplo.

4. Mientras no se reconozca que el problema de consumo, producción y tráfico de drogas es de origen transnacional, no se resolverá el problema. Medidas transnacionales son requeridas para lidiar con problemas transnacionales.

5. En el caso de México, la solución que se pretende aplicar al problema es de origen binacional, no transnacional.

6. Sacar al ejército a la calle con los impuestos de los mexicanos, pero siguiendo indicaciones tácticas y estratégicas del gobierno norteamericano; permitir que el gobierno norteamericano coordine las operaciones y recolección de información de inteligencia en territorio mexicano y que el propio gobierno norteamericano indique a qué capo atrapar/matar mediante el uso de tal o cual parte del aparato de seguridad mexicano… Pues eso no es cooperación transnacional, sino un esquema binacional donde los norteamericanos ponen la estrategia y los mexicanos ponen la carne de cañón y los muertos.

7. El esquema binacional no funciona porque por más muertos y operaciones exitosas que haya en territorio mexicano, pues el consumo de drogas en los Estados Unidos no disminuye significativamente, el precio de la mayoría de las drogas en el mercado norteamericano no sufre modificación alguna y las mafias que distribuyen la droga en los Estados Unidos siguen intactas.

8. Por el contrario, la solución binacional está diluyendo al Estado mexicano un día a la vez, un fracaso a la vez, una declaración a la vez, un levantado a la vez, un decapitado a la vez... Las cosas nada más han empeorado para México, mientras que los Estados Unidos ni se dan cuenta, ni les importa darse cuenta del problema que se comparte aquí y allá al mismo tiempo. El norteamericano promedio no relaciona su consumo con toda la problemática generada en México por su consumo. Todo esto es patético.

9. Las soluciones transnacionales requieren que todos los protagonistas, absolutamente todos, tomen acciones coordinadas aquí y allá al mismo tiempo. El gobierno norteamericano actualmente se la pasa muy a gusto diciendo lo que el gobierno mexicano debe o no hacer. Desde la perspectiva transnacional, la coordinación y las acciones deben ser mutuas, correspondientes y coordinadas.

10. La parte más importante es la estrategia. Hay que poner sobre la mesa todas las opciones y visualizar los resultados de tal o cual acción. Si el ejército mexicano sale a las calles, que el norteamericano también lo haga (allá, pues). Si la mayor parte de las armas vienen de los estados fronterizos norteamericanos, pues que se imponga un control serio a la compra venta de armas allá y que se compartan los registros de ventas con el gobierno mexicano, acá. Igual con el lavado de dinero, que se investigue y tomen acción contra bancos corruptos aquí y allá.

11. Que haya en los dos países una campaña seria de educación sobre el terrible daño que representa engancharse con las drogas. Que se analice seriamente la posibilidad de legalizar las drogas. Que se use de ejemplo lo que se hizo con el alcohol en la época de la prohibición norteamericana: al final de cuentas se tuvo que volver a legalizar porque el Estado norteamericano se había visto profundamente afectado.

12. Ciertamente, la relegalización del alcohol no solucionó los problemas de tajo: alcohol sin educación mostró ser una combinación letal. La educación sobre las adicciones debe ser una constante en las aulas norteamericanas y mexicanas. La única diferencia entre el alcohol y la heroína es que con el primero el gobierno recibe impuestos que después pueden ser utilizados para la educación de la gente al respecto; mientras que con la segunda (y cualquier otra droga ilegal) el gobierno no recibe ni un quinto y tarde o temprano, en la medida que no hay educación al respecto, va perdiendo terreno poco a poco ante las mafias de la producción, tráfico y venta (al mayoreo, pero sobre todo al menudeo) de las drogas.

13. El gobierno norteamericano es iluso si cree que el problema va a parar en la frontera mexicana. Tarde o temprano el Estado norteamericano se va a ver amenazado por el otro Estado, el Estado que ya ha destruido al Estado mexicano, un Estado transnacional que a donde llega establece un contrato social con la población a la que aqueja. La propia debilidad del Estado mexicano deja como única alternativa para que el país funcione a la ley impuesta por el Estado Transnacional y se crea un desbalance brutal de poder, donde la población acaba pagando impuestos dos veces. A Estados Unidos también le va a tocar de esto, de eso estoy completamente seguro, sobre todo si se siguen aplicando soluciones binacionales a problemas transnacionales.

14. Finalmente, la actitud del gobierno mexicano deja mucho que desear. No hay pantalones para proponer y exigir al gobierno norteamericano que también ponga orden en sus ejércitos de adictos. Que ponga controles serios en la venta de armas en Texas y Arizona. Que también muestre voluntad política atrapando a los capos norteamericanos de las drogas. Y que de vez en cuando el gobierno mexicano mande al carajo al norteamericano ante lo abusivo y absurdo de sus propuestas/órdenes en territorio mexicano.

¿Por qué un país del tercer mundo debe resolver el problema de drogadicción de un país del primer mundo? ¿No suena eso ridículo?

En fin… Merry Christmas and Happy New Year to all my readers!

Wednesday, December 8, 2010

Sweet Dreams

I had a dream.

I was interviewing a former Zeta Boss in Monterrey, Mexico. Code name: Fernando, about 65 years old, an ordinary Mexican, nothing else, nothing more.

In the dream we had a brief but substantial conversation. He wanted me to write a book about his past. “From the very beginning, until the very end”, he said. He has things that he would like to state before he could make statements no more. Things that he has decided to tell everyone, from the ordinary citizen to the top of the top in the Mexican government and drug mafias.

I was not sure if he was joking or if he really meant business. He decided to tell me some highlights of what the book would talk about.

Originally, our friend was a member of the elite parachute troopers of the Mexican Army who were American-trained in South Korea in the seventies. Later on, in different fragments of his professional life, he received specialized training by the CIA and DEA. He was part of the Operation Condor of the Mexican government in Sinaloa, at the end of the seventies.

I think that my skepticism pushed him to be a little more specific about what he could really tell to the world.

He mentioned that we can work on how the son of the Senator Ibarra de Piedra was thrown into the sea from an airplane right outside Mazatlán. Or the murder in 2006 of the Director of the State Police of Nuevo León, Marcelo Garza y Garza, in which two of his bodyguards were involved, he stated.

He also wanted to talk about all the undercover operations in which he participated back in the seventies and eighties in Central American and Caribbean countries on behalf of the CIA, and how he got a couple of bullets in his heaps in an anti-Zeta operation in Guerrero.

He regrets that the American government has more considerations for him that the Mexican government at his age, although the Americans are not very generous, neither.

All his contacts come from his years in the military. The Zetas are a military organization that think and act as military, but with a better, much better pay (US $1600 per week to experienced sicarios). Indeed, today, December the 8th, the Zetas get their aguinaldo (end-of-the-year monetary compensation, very popular in Mexico), and a flow of dollars will cover Monterrey in the following days, “mostly in the puteros (bordellos).” However, most Zetas will go back home for the holidays, and “come back to work” in the very first days of January 2011.

Currently, there are about 20,000 to 30,000 Zeta-men training in the Lacandona Jungle, in Chiapas. A huge Zeta offensive is programmed for January-February 2011 at a national scale. “You have seen nothing yet”, he said, “Monterrey, among other cities across the country, will be the closest thing to hell that you can imagine.” Indeed, during these days, there are serious fighting between the Zetas and the Mexican Army in the Lacandona, but the federal government has not gone public on this.

The Zetas control the Monterrey police, and the state police in Nuevo León, although this last not all the time. Monterrey is an important plaza for the narco gangs in Mexico. He mentioned full names and neighborhoods or territories of the Metropolitan area that these gangs controlled. The people from the Beltrán Leyva gang have their headquarters in the South, by the Carretera Nacional; others like the Mexican Mafia (Mexicans and Mexican Americans that have lived in the U.S. but came to Monterrey to do business and decided to stay to protect certain interests) live here, the Contras (the Chapo people) live there, the Familia Michoacana is over there, and he would mention places in Apodaca, Guadalupe, San Nicolás, Santiago, Santa Catarina, etc.

In a similar way to the Mexican Army or Navy, the Zetas may have good or bad Generals. Therefore, it is difficult to forecast the behavior of this or that Zeta group. Some Generals may be totally corrupt, others would be quite considered towards their troops, others would mind only their own business and others would try to influence other Generals. Each General controls his own territory with his own rules. Some of them are psychopaths: “this guy already has about 130 empozolados (people whose body is cooked in acid to erase evidence of the murder) somewhere in the Grutas de García (Nuevo León), but he says that it is not enough, that he wants to go for the Mexican record… and that is completely sick.”

Fernando could go on and on, with several anecdotes regarding his encounters with Secretaries and Undersecretaries of the Mexican Ministry of the Interior of several governments, his “Gringo” trainers, his confrontations with the Mexican military after he quit the Mexican Army, his phone calls with a special code to Campo Marte to save (or not) lives; or his phone calls to a Zeta commando “the other day that a group of Monterrey policemen arrived to my house to kick the door.” As soon as the Zetas arrived, they insulted the policemen and told them to go and fuck their mothers on the spot. The policemen apologized to their Jefecitos (Little Bosses), the Zetas, because of what they called “a terrible misunderstanding.”

I asked him that who were the worst in this war. He said “The civil authorities and the politicians at a national, state and local levels; they change sides like changing underwear, there is no way to trust these motherfuckers! That is why justice arrives to their ass sooner or later, they have to understand that they need to show respect and loyalty to their owners… or else.”

Next encounter: January 3rd, 2011. In the meantime, Fernando goes to Texas for the holidays with his family.

When I woke up the following morning, I was concerned and sad. Probably, Mexico has arrived to a situation in which two armies and other drug traffickers have gone beyond the no-return point, and an authoritarian, military regime will become the only short-term solution to a chaotic, collapsing, State. And the average American keeps on buying tons of drugs at an accessible price. Can’t we, Mexicans, create a certification process of drug consumption for the U.S., for example?

Yes we can, but there is not enough huevos to talk to the eye to Uncle Sam. Not in the current administration at least. They just follow American government’s orders from a binational perspective, when the core of the problem is transnational.

Sweet Dreams, indeed.