Friday, March 6, 2009

El sueño americano... ¿de qué hablas Willis?

Hace poco, platicando entre académicos mexicanos, surgió el tema de lo que es o no es el “sueño americano” para los mexicanos que viven en los Estados Unidos. El término fue originalmente acuñado en 1931 por el autor norteamericano James Truslow Adams en su libro The Epic of America. Al respecto, el autor comenta: "The American Dream is that dream of a land in which life should be better and richer and fuller for everyone, with opportunity for each according to ability or achievement... It is not a dream of motor cars and high wages merely, but a dream of social order in which each man and each woman shall be able to attain to the fullest stature of which they are innately capable, and be recognized by others for what they are, regardless of the fortuitous circumstances of birth or position."

Ciertamente entre 1931 y 2009, pues ya llovió, sobre todo en lo relacionado al origen de la inmigración hacia los Estados Unidos: el factor europeo no es tan importante en la actualidad. No obstante, quedan todavía frescos algunos elementos que hacen pensar en la validez de la idea del concepto, mas no del concepto en sí, al menos en su potencial explicativo dentro del terreno de estudios sobre migración mexicana hacia los Estados Unidos. Me explico:

En los tiempos alrededor de la Segunda Guerra Mundial, la mayor parte de los inmigrantes entraban por Ellis Island y más se tardaban en instalarse que en lo que ya eran ciudadanos americanos y podían votar. El tiempos de la posguerra, conforme la situación política europea se fue componiendo y la economía norteamericana fortaleciendo, el sueño americano servía para identificar de una manera más o menos objetiva a aquellos americanos que se iban consolidando en la clase media, al principio ciudadanos blancos y después (sobre todo después del Civil Rights Movement) ya de todos los colores y sabores. Un buen salario se traducía en uno o dos automóviles, ser dueños de su propia casa, que los hijos de la familia tuviesen acceso a una educación de calidad aceptable, que la familia pudiese tener vacaciones una vez por año y atención médica oportuna, que también tuviese acceso a crédito barato y hasta se podía trabajar por años y años con la confianza que el sistema de pensiones le iba a responder a uno con lo suficiente para vivir una vejez digna y morir con una deuda cercana a cero.

En la actualidad, este tipo de sueño americano se puede dar principalmente entre los ciudadanos norteamericanos o los inmigrantes con sus documentos en regla. El promedio de los inmigrantes mexicanos en los E.U., sobre todo los indocumentados, simple y sencillamente aspiran a una especie de sueño mexicano en los E.U., principalmente por razones estructurales y generalmente como consecuencia directa de los bajos niveles de capital humano del inmigrante promedio. Este sueño mexicano se traduce en tener un mejor nivel de vida a comparación del que tendrían los inmigrantes si se quedasen a vivir en México. Una especie de sueño de costo de oportunidad. Pero también un sueño que generalmente se materializa. De ahí que la inmigración mexicana a los E.U. no haya dado visos de debilitamiento en los últimos 40 años.

Aquí lo interesante es que aparentemente los hijos e hijas promedio de estos inmigrantes mexicanos también aspiran al sueño mexicano en los E.U., independientemente de haber nacido ciudadanos americanos. Bajos niveles de educación también se repiten en la descendencia inmigrante y es impresionante ver que algunas veces los hijos (ciudadanos americanos) aspiran a tener el mismo trabajo que los padres (inmigrantes indocumentados)... En este tipo de situaciones no hay sueño americano que perseguir, ni para los padres ni para los hijos (!). Simplemente es estar en los E.U. para más o menos vivir mejor y sacar adelante a la familia en México, pero de ahí no pasa el asunto. Y si a todo esto le agregamos el factor crisis… pues el sueño americano incluso empieza a alejarse del propio americano promedio.

Regresando al concepto, pues parece ser que el “sueño americano” en realidad reflejó originalmente una apreciación norteamericana sobre la apreciación europea sobre lo que podría ser la vida de una persona al emigrar a los Estados Unidos. En este sentido es una creación europeo-norteamericana que aplica a determinadas circunstancias y contextos históricos de la inmigración hacia los Estados Unidos. La evolución del concepto “norteamericanizó” la idea y se afianzó no unicamente en la idealización de la inmigración hacia los E.U., sino también en una idealización convergente sobre la consolidación de la clase media norteamericana: la idea que en los E.U. cualquier persona puede hacerla en grande (from dishwasher to millionaire in one generation, only in America); una idea muy válida, característica y contemporánea de los E.U., por cierto.

El punto es saber si existe el mismo concepto del sueño alemán para los inmigrantes turcos o el sueño francés para los inmigrantes marroquíes… O igual y ya es tiempo de asesorarle el correcto alcance conceptual al “sueño americano”, y declararlo una idea muy noble, válida y fructífera, pero que se desvanece en su pretendido objetivo de describir la experiencia inmigrante mexicana, sobre todo la indocumentada. En otras palabras, ¿cuál es el verdadero alcance del “dream of social order” al que un inmigrante aspira al emigrar a un nuevo país, si dicha experiencia ciertamente es de orden universal y no únicamente característica de la inmigración hacia los Estados Unidos? ¿Hasta qué grado la legalidad del estatus migratorio (y no únicamente la ciudadanía) juega un orden crucial en la consecución del “sueño americano” del inmigrante mexicano contemporáneo en los Estados Unidos? ¿Mientras se sea indocumentado a lo más que se aspira un mexicano es al “sueño mexicano” en los Estados Unidos?

He ahí otro tema interesante para una tesis doctoral sobre inmigración mexicana en los Estados Unidos. De nada.

1 comment:

  1. Claro que los que van a paises europeos en vez de estados unidos comparten el mismo tipo de sueño o aspiración. La única diferencia es que la frase con su historia no existe así, en su sentido romántico (yo diría que sueño implica romance). Yo escribo incansablemente sobre esto, intentando introducir un entendimiento que combine lo práctico y económico con lo aspiracional. Los discursos tradicionales quieren distinguir falsamente entre lo de sueñar, querer vivir una nueva vida, querer ver mundo y querer arriesgarse - por un lado - y viajar porque ya la vida no funciona y se desespera - por el otro.

    Puede que te interese mi reseña del libro de Abdelmalek Sayad The Suffering of the Immigrant, que está en http://www.nodo50.org/Laura_Agustin/the-suffering-of-the-immigrant

    Saludos, Laura

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