Friday, March 11, 2011

Irapuato no es Juárez

Ni Napolitano, ni el director del ICE, ni el fiscal general de los Estados Unidos entienden que la muerte del agente Zapata en carreteras mexicanas es un evento de terrible importancia para la soberanía de un país que se llama “México”.

Ellos se la pasaron diciendo durante las exequias del agente Zapata que él había muerto murió "no sólo para proteger a su país, sino al pueblo de México” (Morton-ICE). Napolitano dijo que “no vamos a descansar ni a ceder en nuestra determinación hasta ver que los responsables sean detenidos y paguen por sus crímenes" y el buen Holder (fiscal general) se lució, refiriéndose a Zapata: "trabajaba para ayudar a nuestros vecinos y aliados en México a cumplir con sus responsabilidades ante aquellos a los que sirven y para construir una nación que constituye un faro de esperanza y oportunidad, un lugar donde todos los mexicanos puedan vivir no con miedo, sino en unidad. Ganaremos esta lucha, ésa es mi promesa ante ustedes".
Thanks but no thanks!

Por un lado, el enojo de las autoridades estadounidenses se entiende desde la perspectiva de que cualquier pérdida de sus agentes debe honrarse como si fuese la última. Eso es de admirar a los norteamericanos. Acá en México muere un judicial o un estatal y a lo mucho lo entierran rápido o hacen ceremonias selectivas, sobre todo si fueron varios los caídos. Pero no se hace nada por parar la carnicería.

Es de admirar a las autoridades norteamericanas su determinación de aclarar todas y cada una de sus bajas en la eterna guerra de los buenos contra los malos. Mientras que en México ya nos medio conformamos conque medio paren la matazón.

Pero de eso a que nos cuelguen un héroe… thanks compadre, pero no hay necesidad. Cada quien trabaja desde su respectivo lado de la frontera. Ya tenemos 35,000 héroes, francamente no se necesita ni uno más. Hasta donde yo entiendo, todo el personal norteamericano de justicia y seguridad que trabaja en territorio mexicano sabe perfectamente a lo que se enfrenta y que su muerte siempre será un activo para los Estados Unidos, pero no para México. Lo que siguió (y sigue) es indignante: El FBI cerrando las carreteras federales mexicanas y la PGR elevada a carácter de pariente pobre en las averiguaciones del crimen. Y ya no se diga las regañizas telefónicas de funcionarios americanos a su contraparte mexicana.

Una persecución norteamericana sobre algún cártel mexicano, definitivamente corre el riesgo de vestir de héroes a los narcos. No obstante, los servicios de inteligencia tienen un panorama muy claro acerca de quién es quién y dónde andan los que andan entre los narcos mexicanos. Así que parece que es cuestión de tiempo que el largo brazo de la justicia norteamericana agarre a los culpables y ¡órenle jijos de la jijurria! A una cárcel de máxima seguridad gringa y el resto de la historia ya es conocido: en México se les hace algunos corridos y, si son ejecutados, empieza su culto junto con el de la Niña Blanca.

¿Y el gobierno mexicano? Bien gracias: el presidente Felipe en el alucine diciendo ante inversionistas japoneses que la seguridad en ciudades mexicanas es equiparable a ciudades europeas. En efecto, Irapuato no es Juárez. Todavía. En el inter, la inteligencia mexicana deja de existir oficialmente ante la acción que a sus largas y anchas la inteligencia norteamericana actualmente despliega no nada más para el caso Zapata, sino para cualquier detalle estratégico y táctico en la guerra contra las drogas. Llevándose de corbata (por delante, pues) a los militares mexicanos y haciendo añicos las aspiraciones democráticas de este gran país, llamado México.

Lo que ni Napolitano, ni Holder, ni Morton entienden es que la muerte del agente Zapata es inútil mientras los norteamericanos no enfrenten con los destos bien puestos el problema de drogadicción de su población. Mientras la demanda de drogas no disminuya significativamente, el problema seguirá en los dos países. Se necesita creatividad y ganas de resolver el problema, no funerales transmitidos en vivo y promesas cínicas de violar la soberanía de otro país.

Nuevamente: soluciones transnacionales a problemas transnacionales. Mi más sentido pésame para la familia Zapata y para las familias de 35,000 mexicanos sacrificados para que los norteamericanos ya no se droguen. Todas ellas muertes inútiles, so far, if I may.

[PUBLICADO EL 23 DE FEBRERO EN La gente anda diciendo...]

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