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Tuesday, June 30, 2009

El aplazamiento de la Reforma Migratoria Comprehensiva en los Estados Unidos y su relación con la crisis económica

La semana que acaba de pasar hubo ánimo y desánimo en lo referente a las posibilidades de legalizar a 12 millones de indocumentados en los Estados Unidos. Por el lado del desánimo, pues nada más se confirma lo que ya se preveía en este blog (Mayo 21, 2009): los tiempos legislativos ya se pasaron para hacer algo al respecto en el Congreso Norteamericano. Incluso el buen Obama pues ya creó una comisión (encabezada por Napolitano) para ver las diferentes posibilidades y maneras de sacar adelante una reforma migratoria comprehensiva, una señal irrefutable de que la esperanza es lo único que queda del proceso, al menos en el corto plazo.

Por el lado del ánimo y en pleno derroche de optimismo, pues tenemos al Senador Schumer (Nueva York) que substituyó al Senador Kennedy (Massachusetts) en el liderazgo del Subcomité de Inmigración del Senado. Muy respetable la labor del Sr. Kennedy al respecto, pero ya era hora de inyectarle nuevos bríos al asunto en el Senado Norteamericano. En su primer discurso sobre el tema en el liderazgo del Subcomité, el Senador Schumer argumentó de manera clara y concisa los principios de entendimiento que podrían conducir a un acuerdo bipartidista en el Congreso sobre una reforma migratoria: 1) la inmigración ilegal nomás no procede. 2) Las fronteras y los lugares de trabajo requieren un reforzamiento serio de las leyes migratorias. 3) Los inmigrantes indocumentados requieren registrarse (ante el estado norteamericano), aprender inglés y pagar impuestos o deben ser deportados. 4) Se les debe permitir a dichos inmigrantes el acceso a la ciudadanía. 5) La implementación de un nuevo y funcional sistema migratorio se obtiene mediante la legalización y un sistema bien organizado de flujos migratorios.

O sea, estamos como al principio, nada más que peor, sobre todo si consideramos los efectos de la crisis económica en el proceso de aprobar una reforma migratoria integral. Y es que la crisis ha pegado fuerte. La crisis económica norteamericana, gracias a la difusión de mentiras y verdades a medias por las principales cadenas del “mass media”, ha causado que el norteamericano promedio haga un mayor énfasis sobre la ilegalidad-criminalidad del indocumentado, la carga fiscal que representa el inmigrante para la sociedad norteamericana y hasta el deterioro ambiental producido por el crecimiento poblacional debido a altas tasas de inmigración (sic, sic, sic).

La crisis también ha causado la caída de las remesas que el paisano envía a su país de origen, además que ha provocado una migración interna muy fuerte del trabajador migrante en busca de trabajo dentro de los Estados Unidos, pero todavía no hay indicios claros que el paisano está regresando masivamente a su país de origen porque ya perdió la esperanza de hallar trabajo en los Estados Unidos. No obstante, algunos consulados mexicanos están reportando que la principal razón por la que los mexicanos han incrementado su demanda por pasaportes es porque el paisano prefiere tener a la mano el documento “ya que las cosas cada vez están peor y más vale tener los papeles en regla para salir del país en cuanto sea necesario”.

Pero donde yo creo que más ha pegado la crisis es alargando los tiempos legislativos de discusión de la reforma migratoria ante la actitud negativa de unos 40 congresistas demócratas, que representan distritos conservadores, y que no quieren arriesgar su reelección el próximo año por considerar seriamente el asunto. Ellos argumentan que no es posible andar pasando leyes que beneficien a “los ilegales” para que se integren a la economía norteamericana (como premio por ser ilegales), mientras sus electores están pasando las de Caín por la crisis económica. Cero posibilidad de acuerdos con estos compadres, pues.

En fin, igual y lo más conveniente para Obama es esperar y ver qué pasa las próximas elecciones legislativas del 2010, en un descuido se recomponen los números en el Congreso y ahora sí se puede hablar seriamente del asunto (con los votos en la mano), pero hasta el 2011. Aunque yo no creo que éste sea un escenario factible si la economía norteamericana no muestra señales claras de mejoramiento.

Tuesday, March 24, 2009

Todo listo para el debate migratorio: en el nombre del padre, del hijo y del espíritu…

Las señales cada vez son más claras, el regreso del debate migratorio sobre la legalización de inmigrantes indocumentados que viven y trabajan en los Estados Unidos va en serio y va fuerte. No obstante Obama tiene como treinta mil cosas por hacer, poco a poco va definiendo su agenda al respecto. Y nuevamente lo ha dicho, esta vez en Costa Mesa (California). Obama afirmó que una reforma migratoria comprehensiva (o integral) se debe llevar a cabo y que los Estados Unidos debe recuperar el control de sus fronteras, lo cual suena lógico. Tal parece que en su visita a México a mediados de abril, Obama tiene la firme intención de poner el asunto sobre la mesa, además del problemón del narcotráfico.

El Congreso norteamericano parece que está listo para echar a andar el asunto nuevamente. Pelosi hace declaraciones fuertes contra las redadas del ICE de Napolitano; Gutiérrez sale sonriente por todos lados y en cuanto puede afirma que ya es el momento de que una reforma migratoria se lleve a cabo. En el Senado , la situación no es tan clara todavía. Los líderes pro reforma migratoria comprehensiva, Kennedy y McCain , están delicados de salud. El primero de salud física y el segundo de salud política, ya que le se la pasa criticando a Obama por lo que hace, por lo que no hace y por lo que piensa o no hacer. Esperemos que se nos cure a tiempo el buen McCain y retome el liderazgo positivo al respecto en el Senado. Hablando del ICE, aquí es importante aclarar que la institución no es el estado de Arizona, así que aquí sí/sí se pueden dar órdenes y los subordinados las cumplen… cero pretextos, pues.

La iglesia católica, quizá el actor no gubernamental más importante del proceso, ya empieza con las declaraciones acerca de la necesidad de una reforma migratoria. La participación de la iglesia es indispensable por dos razones: a la hora de las manifestaciones es la única institución que puede garantizar acciones bien coordinadas a nivel nacional y completamente pacíficas. Por otro lado, la clase política en Washington D.C. sí/sí que escucha a la iglesia católica… Los principales sindicatos (AFL-CIO, SIEU) siguen con las ganas de formar parte importante del proceso, vamos a ver si en esta ocasión sí hallan la fórmula para que les hagan caso.

Las organizaciones mexicoamericanas también siguen atentas a ver como se suben al vagón. Ojo, su intervención no es indispensable, pero sí es necesaria, más que nada porque los líderes del Congreso y Senado norteamericano las identifican como interlocutores importantes en el proceso, no obstante su contacto con la realidad migrante rara vez avala dicha distinción. Las organizaciones de inmigrantes juegan un papel importante en las ciudades grandes y pequeñas: sus líderes generalmente se entienden bien con la iglesia y han mostrado ser muy útiles para la coordinación y difusión de las marchas en caso de que éstas se lleven a cabo.

Los medios de comunicación, sobre todo los de habla hispana, juegan el papel más importante en lo referente a la convocatoria directa de los inmigrantes. Durante el 2006, mostraron su eficacia al movilizar directamente a millones de personas a lo largo y ancho del país. Sin la participación de los medios, no se crea momentum, punto.

Aunque hay que tener cuidado: la situación económica en el 2009 no tiene nada que ver con la de 2006. Conforme la crisis económica se profundiza, algunos se cuestionan si en realidad este es el momento para sacar adelante la reforma migratoria; otros se preguntan si los inmigrantes están chupando recursos del estado en materia de educación y salud y/o robando los empleos que los ciudadanos norteamericanos tanto necesitan, etc. Sacar adelante una reforma migratoria comprehensiva conlleva un riesgo político muy elevado: una posible manipulación del mainstream media y/o una fuerte reacción anti inmigrante puede echar por los suelos las iniciativas presidenciales (o incluso una "retirada estratégica" de la iglesia a medio proceso) y mientras son peras o son manzanas, pues los inmigrantes se quedan atrapados en fuego cruzado y serán los culpables hasta del vuelo de las moscas. Por otra parte, Obama sabe que necesita el voto latino para una posible reelección. Si el asunto funciona y se lleva a cabo la reforma, el presidente incrementaría enormemente las posibilidades de una victoria en el 2012, al igual que todos aquellos congresistas y senadores con altas proporciones de votantes hispanos en sus distritos y que hayan apoyado el esfuerzo, independientemente si son republicanos o demócratas.

Vamos a ver qué pasa… en el inter, se antoja un Padre Nuestro.

Saturday, January 24, 2009

Obama, Fox y el triángulo de la muerte

Hace poco, platicando con personal del servicio exterior mexicano, llegue a la conclusión que la tentación de comparar y no comparar a Obama con Fox pues era demasiado grande como para no hacerlo, no obstante es muy temprano (para Obama).

Tanto Obama como Fox son comparables en que ambos en realidad llevaron el “cambio” a sus respectivos sistemas políticos. El simple hecho de haber llegado a la presidencia representó un cambio fuerte en sí. Tanto Fox como Obama empezaron sus campañas presidenciales con pocas posibilidades de llegar a la presidencia. Al ganar las elecciones, Fox hizo a un lado a 70 años de gobiernos priistas consecutivos y Obama hizo a un lado más de 230 años de pleno convencimiento que un afroamericano no podía ni iba a llegar a la presidencia del país más poderoso del planeta. Ambos presidentes demostraron que "sí se puede" triunfar en el sistema sin venir desde adentro. En ambos países, la gente mostraba un gran optimismo al principio de sus mandatos y había creado grandes expectativas sobre la efectividad de las acciones de los nuevos gobiernos. Al final del mandato de Fox, la gente lo seguía apreciando como persona pero, en general, su mandato resultó una gran decepción.

En su momento, Fox mostró ingenuidad durante los primeros días de su presidencia: primero vino la presentación del famoso “gabinetazo” que, con la excepción de Castañeda, pues en realidad solo era un gabinetazo en la muy recóndita y respetable imaginación de Fox. Y después vino una incapacidad crónica para trabajar con el Congreso, lo que paralizó una buena parte de sus esfuerzos para echar a andar una que otra iniciativa interesante que de vez en cuando se le ocurría al presidente.

Actualmente, Obama se ve en la ingenua necesidad de recordarles al liderazgo del Congreso que fue él el electo por la mayoría del electorado norteamericano, por lo que está en todo su derecho (y obligación) de tomar las iniciativas necesarias para sacar adelante una economía en crisis. Definitivamente Obama necesita una mayoría presidencial en el Congreso para sacar adelante sus planes. Y es aquí donde empiezan las diferencias: Obama está trabajando a marchas forzadas y a contrarreloj, además de que el mundo entero está atento a las acciones de sus primeros 100 días famosos. Fox no tenía tanta urgencia ni presión (por plantearlo de alguna manera) y la economía mexicana ciertamente no estaba encaminada hacia el colapso. De hecho, eran tiempos felices para México en su conjunto, fue un periodo de bonanza económica a comparación de lo que se avecina actualmente y no había guerra sin cuartel contra el narco.

Es más, el gobierno norteamericano nos veía con diferentes ojos en el ámbito internacional. En ese entonces la administración Bush estaba más ocupada con el Eje del Mal: Irán, Iraq y Corea del Norte y de vez en cuando le ladraba a los cubanos. Actualmente, parece ser que la administración Obama considera un nuevo triángulo al respecto, una especie de triángulo de la muerte: Paquistán, México e Irán (que repite honores). De acuerdo a reportes del medio, los tres representan una amenaza latente a la seguridad nacional norteamericana. Irán es considerado un elemento desestabilizador en un área altamente estratégica y volátil. Paquistán y México son considerados como estados a los que hay que echarles el ojo por aquello que puedan colapsar más o menos de repente.

En el caso de Paquistán, una nación pro norteamericana con armas nucleares, los norteamericanos no quieren ni imaginarse qué sucedería si el actual gobierno sucumbiera ante un grupo de militantes (o militares) radicales islámicos. La preocupación en el caso de México no es para menos, es un país inmerso en un conflicto armado de proporciones bastante serias. Durante 2008, México reportó aproximadamente un promedio de un muerto cada 90 minutos, mientras que Iraq reportó uno cada 70 minutos. En Afganistán hubo un promedio de 6 muertes cada dos días, mientras que en Ciudad Juárez hubo 9 muertos cada dos días. El narco le está pegando duro y fuerte al gobierno mexicano. ¿Existirá alguna otra manera de lidiar con el problema, además de una confrontación armada donde el gobierno mexicano se la está jugando de todas, todas?

¡Ave María Purísima! Menos mal que los mexicanos somos guadalupanos, si no… ¿se imaginan dónde andarían ya los Marines?

Friday, January 9, 2009

Obama y la agenda del inmigrante indocumentado

La agenda del inmigrante indocumentado mexicano en los Estados Unidos se divide en dos: los inmigrantes que ya están en los Estados Unidos y los inmigrantes que llegan diario a los Estados Unidos.

La economía norteamericana va de mal en peor en términos de caída de la producción y crecimiento de desempleo. Conforme se acentúe la crisis, los números de inmigrantes que llegan diario a los Estados Unidos tienden a disminuir y ellos difícilmente van a ser considerados en la agenda de la administración de Obama (pensando en términos de creación programas de trabajadores huésped). En relación a los inmigrantes que ya se encuentran en los Estados Unidos, las fuerzas del mercado laboral se van a encargar de reubicarlos, primero dentro de los Estados Unidos y después hacia afuera de los Estados Unidos. Esto último significaría que la economía norteamericana estaría metida en un atolladero de proporciones apocalípticas.

Obama ha propuesto dar prioridad a la generación de empleos productivos para levantar la economía (y no nada más repartir dinero entre los contribuyentes, como Bush pensó y actuó en su momento). Aquí la pregunta es: ¿Cuál es el valor que la administración Obama y el nuevo Congreso le dan a la mano de obra indocumentada? Si a este escenario agregamos que, históricamente, cuando hay desempleo masivo en los Estados Unidos la actividad de grupos anti inmigrantes pulula de manera virulenta… pues el panorama en general se puede volver muy adverso a cualquier posibilidad de amnistía general para los indocumentados.

Aunque Obama también ha sido claro: ciertos sectores tendrán prioridad sobre otros en el proceso de recuperación de la economía desde el punto de vista de expansión de gasto gubernamental. ¿La mano de obra indocumentada podría ser considerada para ciertos sectores? ¿Cuál será la reacción de la opinión pública norteamericana ante un plan de rescate que considere implícitamente a los indocumentados, esto es, que a la hora de repartir los empleos generados con dinero federal, no se pida ningún tipo de prueba de ciudadanía?

Tarde o temprano Obama va a tener que confrontar el tema del papel de los indocumentados en la recuperación económica de su país. Lo ideal sería que la recuperación económica se encargase solita de darle o regresarle sus empleos a los inmigrantes. Pero si las cosas en los Estados Unidos siguen empeorando, no resulta difícil imaginarse que la retórica anti inmigrante de algunos miembros del Congreso sobre la conveniencia de deshacerse de los “illegal aliens”, que supuestamente estorbarían a la recuperación económica, marcaría el tono de la discusión sobre la cuestión de los indocumentados. Y la pregunta entonces sería: ¿Qué hacer con ellos?

Tiempos difíciles en el horizonte, sin duda alguna. Aunque, pensando acerca de “lo ideal” para el inmigrante mexicano en los Estados Unidos, ¿qué no sería “más ideal” que el mexicano encuentre un medio digno de vivir en su propio país, sin verse en la necesidad de emigrar para conseguir tal fin?